Un platito de jamón o una tabla de buen embutido no tiene fecha y tan rico nos sabe en invierno como en verano, pero hay que saber mantenerlo de manera que se encuentre siempre como el primer día.

Algo que parece tan sencillo como la conservación de los embutidos a veces no lo es. Hoy te damos las claves para la conservación de tus embutidos y que éstos conserven toda su textura y sus propiedades.

El almacenaje de los embutidos es un aspecto que debemos tener en cuenta durante todo el año, aunque es cierto que en los meses más fríos de otoño e invierno la conservación de los ibéricos resulta mucho más sencilla que en verano a consecuencia de las bajas temperaturas.

Éste es un aspecto fundamenta, en estos casos lo ideal es encontrar el lugar perfecto para guardar estos manjares. Una despensa, una bodega o una alacena son, por ejemplo, muy buenas opciones. Aunque lo mejor para que un jamón ibérico, un chorizo o un farinato no se estropee es no dejarlo olvidado durante mucho tiempo.

Con el paso de los días, las fibras de la carne se secan y los embutidos tienen a endurecerse, por lo que si esperamos más de lo normal nos costará mucho más hincarle el diente, además de que su textura no será la misma.

Aquí van unos consejos para que tanto el jamón como los embutidos se encuentren siempre en perfecto estado para consumir, y que nos sepan tan ricos como el primer día.

LUGAR FRESCO Y SECO

– Para la perfecta conservación de los embutidos ibéricos curados – jamón, paleta, cecina -, es conveniente dejarlos colgados en un lugar fresco (entre 15 y 20ºC), seco, lo más oscuro posible y bien ventilado. De esta forma, evitaremos que la luz del sol incida directamente sobre las piezas.

CORTE HACIA ABAJO

– A la hora de colgar el embutido, debemos fijarnos en que el área del corte mira hacia el suelo y que está bien tapada (vale con un poco de film transparente), impidiendo el contacto con el aire. De esta manera la grasa de la propia carne tenderá a bajar hacia la zona del corte manteniéndolo hidratado.

Recomendamos además podemos también untar la zona del corte con un poco de aceite de oliva para evitar que el embutido se ponga rancio.

CORTAR SÓLO LO QUE SE VAYA A CONSUMIR

Además de lo mencionado anteriormente, en el caso del jamón ibérico o de la cecina, es aconsejable cortar solo la cantidad que se vaya a consumir en ese momento, y para que el producto no se seque con facilidad, aprovechar la corteza y las capas de grasa de tocino que hemos quitado antes para colocarlas encima del corte.

Utilizando la propia grasa del jamón evitaremos que la carne de la pieza entre en contacto con el aire y se oxide, alterando su sabor

SI NO HAY GRASA UN TRAPO TAMBIÉN VALE

Seguro que en más de una ocasión has visto cómo se cubren las piezas con un paño limpio. El fin es el mismo: evitar que pierdan su jugosidad. Y si el trapo es de algodón, mucho mejor, ya que se protege la pieza de su contacto con el aire y se deja también que esta respire, realzando su aroma y sabor.

JAMÓN Y EMBUTIDO IBÉRICO ENVASADO.

Si no queréis complicaros ahora en verano podéis comprar el producto envasado a vacío en nuestra tienda.

Os damos el embutido o el jamón ya cortado, a cuchillo, para que lo podáis transportar o almacenar en perfecto estado hasta el momento que lo vayáis a consumir. Eso si, debéis tener en cuenta sacarlo del paquete una media hora antes de su consumo para que se oxigene y alcance la plenitud de su aroma.

Lo que sobre lo pondremos un film transparente y al frigorífico hasta que lo volvamos a comer, que nos preocuparemos de nuevo de sacarlo una media hora antes, para que coja aroma y temperatura.