Mucho hemos hablado en nuestro blog acerca de Guijuelo y de los campos de Salamanca, lugar de procedencia de nuestros jamones y embutidos.

Hoy, para saber algo más acerca de la cría y de la industria chacinera de la dehesa charra os vamos a hablar del Museo de la Industria Chacinera de Guijuelo.

Basta conocer la existencia de este museo para entender la importancia que siempre ha tenido la cría del cerdo ibérico en esta zona de la provincia de Salamanca.

El museo abre sus puertas y nos enseña todas las piezas que en él se custodian, que nos ayudan a entender mejor el pasado y el presente de la localidad y cómo su industria se ha colocado como un referente, a nivel mundial, de la chacinería y del mejor producto ibérico, desde los jamones hasta el chorizo o el famoso farinato.

El Museo de la Industria Chacinera de Guijuelo abrió sus puertas en 2009, en un local situado justo al lado de la plaza de Castilla y León, debajo de la biblioteca pública municipal David Hernández.

Desde esta fecha lleva dando a conocer al mundo entero todo lo relacionado con la industria, especialmente con la del jamón ibérico. Desde la cría de los animales hasta la elaboración y secado de las cotizadas piezas.

El museo se divide en tres zonas.

La primera zona está dedicada a la raza del cerdo ibérico y a sus características morfológicas. En ésta, podemos conocer la diferencia de un cerdo normal a uno ibérico y por qué de estos últimos se obtienen los mejores productos embutidos y jamones.

La segunda zona está dedicada a la importancia de la alimentación del animal y a la nueva legislación, muy rigurosa en todo caso, que exige estos productos, haciendo especial hincapié en los cánones de calidad que debe cumplir la carne de D.O. Guijuelo.

Así por ejemplo podemos ver la diferencia de tipos y colores en el etiquetado, que hacen relación al porcentaje de ibérico del animal y a la alimentación que ha llevado.

La tercera zona es la destinada a entender los factores que han hecho de Guijuelo un referente mundial gracias a la calidad de sus productos, que está potenciado por dos aspectos principales: el clima, que era el más adecuado para secar los jamones antes de que existiera maquinaria tan sofisticada, y las comunicaciones, especialmente la cercanía con la Vía de la Plata y la presencia del ferrocarril, que procuraron un mejor transporte de sus productos y el auge de la fama de la villa.

Durante toda la visita podemos preguntar todo lo que queramos saber para entender la industria y sobre todo para saber escoger después en tienda un buen jamón con el que deleitar los paladares más exigentes. Además nos cuentan historias muy curiosas de la Villa, y nos desmienten determinados rumores, como que la parte derecha del cerdo es mejor que la izquierda y cosas así.

También nos hablan de la importancia de un buen corte en el jamón que hace que se aprecie mucho más su sabor y textura que si el corte lo hace alguien poco experimentado.

Si os apetece un paseo por la historia de este apasionante mundo, os recomendamos que no dejéis de venir a visitar el Museo de la Industria Chacinera de Guijuelo. Al salir no podréis resistiros a comer un buen plato de jamón ibérico acompañado de un buen vino en cualquiera de los bares de la zona, o si prefería tomarlo tranquilamente en casa, siempre podéis hacer un pedido en nuestra tienda.