Uno de los embutidos más apreciados y consumidos en nuestro país es, sin duda, el chorizo ibérico. Esta sencilla y tradicional receta, elaborada con carne picada de cerdo y mezclada con grasa de cerdo y especias, conquista los paladares más exigentes dentro y fuera de nuestras fronteras. Conozcamos más acerca del chorizo ibérico.

Elaboración tradicional para obtener el mejor chorizo

Para elaborar el chorizo ibérico de bellota, se seleccionan las mejores carnes magras de cerdos ibéricos alimentados con bellotas. Una característica del chorizo español es que, en la mezcla, se usa pimentón, para condimentar, dulce o picante, en función de la variedad deseada, así como diversas especias y ajo. Esta mezcla se introduce en una tripa natural del intestino del cerdo y se somete a una larga curación al estilo tradicional, en bodegas con poca humedad y durante cinco o seis meses, lo que le da su aroma característico e inconfundible sabor.

La gran calidad y el sabor característicos del producto final son los resultados de una elaboración tradicional que ha sabido adaptarse a los estándares modernos de calidad. Esta tradición ha ido pasando de padres a hijos, así como la receta original. En cuanto a su origen, hemos de remontarnos a la Edad Media y época de la matanza del cerdo. Fue alrededor de ella cuando se desarrollaron las formas de conservación de los embutidos, tal y como las conocemos en la actualidad y especialmente en manjares como el chorizo o jamón.

Hoy en día, podemos seguir disfrutando del mejor chorizo ibérico de Guijuelo, elaborado bajo la misma receta original que tanta fama le ha dado dentro y fuera de nuestras fronteras. A la hora del aperitivo, acompañado de un buen vino o para disfrutar de la tradicional merienda de bocadillo de chorizo, el ibérico de Guijuelo es un auténtico manjar de sabor y características inconfundibles.