Alto soto de torres que al ponerse
tras las encinas que el celaje esmaltan
dora a los rayos de su lumbre el padre
Sol de Castilla;
Bosque de piedras que arrancó la historia
A las entrañas de la tierra madre,
Remanso de quietud, yo te bendigo,
Mi Salamanca!
Así describía Miguel de Unamuno nuestra ciudad. Una bella urbe de piedra, tranquila y rodeada de dehesas y encinas…
Éramos una ciudad llena de vida y de alegría en la que, como en resto del mundo, un día todo cambió.
Ahora, comenzamos a ver la luz al final del túnel. En breve podremos, con ciertas limitaciones, nuestra carnicería y comenzar con la ansiada vuelta a la normalidad. Lo estamos deseando.
Estos días cuando hemos pasado por el mercado hemos tenido una sensación de vacío sorprendente. No había ruidos, no hablaba nadie, se oía el silencio, no olía a las viandas de los puestos… Sin duda ha sido una experiencia diferente cuanto menos.
Pero eso ya pasó y ahora miramos al futuro…
Poco a poco volveremos a movernos como antes, volveremos a salir, a viajar, a trabajar… pero sobre todo volveremos a besar, a abrazar a sentir…
Hemos cambiado nuestra escala de valores y aprendido que ciertas cosas que antes las teníamos por cotidianas son las que más importan en la vida.
También hemos aprovechado para hacer autocrítica (es una estupenda medicina) y ver cómo podíamos mejorar determinados temas de nuestro negocio.
En breve volveremos a abrir al público con normalidad y nos gustará volver a tener ese contacto con vosotros. Mantener una conversación, preguntarnos ¿qué tal estamos?.
El mercado se volverá a llenar de carritos y bolsas y nos daremos cuenta que la vida ya no es como antes, lo material pasará un poco a segundo plano y disfrutaremos más de los nuestros.
Uno de estos días viniendo a trabajar me he relajado disfrutando de la impresionante ciudad que tenemos y de sus vistas, y he pensado en el campo, en las dehesas de Salamanca en plena floración.
Estamos deseando poder volver a pasear bajo las encinas y admirar los majestuosos animales típicos de nuestra fauna, al fin y al cabo la vida son momentos que hay que disfrutar.
Nos hemos portado bien y hemos cumplido con las obligaciones fruto de esta situación. Merecemos el premio de la normalidad, por eso nosotros ya estamos trabajando en ello, con nuestra selección de los mejores productos, los mejores ibéricos D.O Guijuelo y nuestras deliciosas croquetas…
El día que vuelvas a visitarnos, ¿Sabes ya lo que vas a pedir?