El farinato ibérico de Salamanca es un producto típico de Ciudad Rodrigo, aunque es tan popular que lo podemos encontrar por toda la provincia. Lo que empezó conociéndose como ‘el chorizo del pobre’ ha terminado convertido en uno de los productos delicatessen más codiciados por los cocineros más innovadores.

Ingredientes

El farinato ibérico de Salamanca está elaborado principalmente por grasa o manteca de cerdo, pan, harina, pimentón, cebolla, ajo, sal, anises, aguardiente y un poquito de aceite de oliva. Todo ello se embute en una tripa y se ata en los extremos, como un chorizo, pero en forma de herradura. A priori, puede parecer una combinación muy extraña, pero os aseguramos que su sabor os volverá locos al probarlo.

Existen pocas referencias históricas en relación con su origen, pero sí que se sabe por algunos libros del siglo XVIII que estaba relacionado con las puches, una masa de harina con grasa derretida que no tiene pinta de ser ninguna delicia.

Cómo comer el farinato

La manera clásica de comer el farinato consiste en cortarlo en rodajas y freírlo con unos huevos. La tradición manda mojar el farinato en la yema del huevo y comerlo de esta forma. También está muy bueno cocinado en una plancha y untado en una rebanada de pan.

En un recetario, editado recientemente por la Diputación de Salamanca, reputados chefs de la provincia han elaborado recetas de alta cocina con el farinato como ingrediente estrella. Así, vemos una tentadora lasaña de farinato con láminas de calabacín y patata, o una vistosa brocheta de farinato con langostinos, bacon y berenjenas en tempura.

Además, ahora se consiguen farinatos de gran calidad, elaborados con cerdo ibérico de Guijuelo, una de las denominaciones de origen con más renombre en España. Si todavía no lo has probado puedes encontrarlo en carnicerías y tiendas gourmet, es un producto que ha alcanzado gran popularidad.