Muchas veces hemos escuchado la expresión “productos de temporada”. Esta expresión suele emplear para hacer referencia a las frutas o verduras, que quizás sean los productos que más marcadas tienen su estacionalidad, pero también se puede aplicar al resto de alimentos.
Consumir productos de temporada (vamos a decirlo así) nos asegura que los vamos a encontrar en su momento óptimo de maduración – recolección, captura o sacrificio, consiguiendo que el alimento mantenga la mejor calidad y todos los nutrientes.
Si hablamos exclusivamente de carne, además de todo lo anterior, contribuiremos a impedir la cadena de reproducción, a mantener las reservas naturales y todo a un precio razonable.
Las carnes de temporada, al ser las menos procesadas, mantienen mejor sus beneficios nutricionales y sus cualidades organolépticas, es decir: textura y sabor mucho más intenso, por los métodos de cría.
Durante el otoño y el invierno la carne por excelencia es la de las piezas de caza, que podremos consumir principalmente en deliciosos guisos acompañados de verduras y patatas.
La carne de las piezas de caza como pueden ser perdices, codornices, faisanes, liebres, jabalíes, corzos o ciervos, cuenta con un sabor intenso y refinado apto para paladares exigentes. La textura puede resultar más dura, por ser animales en libertad, pero eso se soluciona con un rato más de cocción.
A nosotros la carne de temporada que más nos gusta, sin desmerecer a ninguna por supuesto, es la carne de cerdo ibérico y la multitud de recetas, jamón y embutidos que podemos degustar.
Durante estos meses de frío, la campaña de bellota o montanera está teniendo lugar, por lo que es el momento ideal para obtener la carne de los mejores cerdos ibéricos más frescos y sabrosos.
Primavera, es tiempo de cordero. Su carne es una de las que más grasa contiene, por lo que es recomendable elegir cordero lechal, sin embargo es en primavera cuando el contenido en grasa es menor.
Aunque disponemos de cordero todo el año, debéis conocer que el ciclo natural de los corderos comienza con los pastos de invierno, que producen los primeros lechales y siguen con los corderos engordados en primavera, con los brotes de hierba nueva, que se llaman tradicionalmente pascuales.
En verano es la época de las carnes rojas a la parrilla.
Para disfrutar de una parrillada saludable, elige aquellos cortes con poca grasa como pollo o pavo, pero para hacerla además deliciosa mezcla este tipo de carne con piezas más contundentes como la ternera o el buey.